Los últimos meses han sido variopintos en
el desarrollo de las elecciones presidenciales en México. Sé pasó de un proceso
electoral aburrido, soso y alejado de la gente a un impresionante interés de la
sociedad civil organizada por su futuro político, sé pasó de la dictadura del
capital y de los poderes fácticos a su cuestionamiento público, se pasó de la telenovela
política que relataba el romance de Peña Nieto y Televisa al cuestionamiento del
poder que nos entregó lo mejor que la gente honesta puede dar en estas
circunstancias y lo peor que los políticos de siempre nos ha entregado. Vivimos
con angustia el inoperante papel del Instituto Federal Electoral (IFE) en
relación a la profunda corrupción imperante en la calle, caracterizado por la
compra del voto bajo el quehacer de los operadores políticos pertenecientes a
la coalición que promovió al candidato Peña Nieto. Para ello recurrieron a tarjetas
MONEX y AURRERA a destajo. Regalaron despensas de alimentos, materiales de
construcción, y bicicletas al por mayor. Recurso al margen del control del IFE,
empleados masivamente para garantizar la victoria del candidato presidencial a
quién se suponía imbatible en las encuestas. Datos que son fruto del recorrido
por las calles de Cuautitlán Izcalli, Nezahualcóyotl y la periferia de la
Ciudad de Toluca y que son resultado también de los miles de mensajes
provenientes de las redes sociales que con fotografías y todo exhibieron este proceso
paralelo de corrupción política. Era cosa de ir por las calles de las colonias
pobres de México y constatarlo. Al IFE, con sus imponentes recursos no le
hubiera costado nada darse un baño de pueblo y mandar unos cuantos funcionarios
para constatar in situ todos estos hechos. Lamentablemente no les intereso lo
que ocurría en las calles de México.
Fue la lucha de un sector de la izquierda mexicana y de
un importante sector de la sociedad civil organizada en contra del llamado
sistema político mexicano, una especie de asociación de los poderes fácticos
instalados en las empresas de comunicación TELEVISA y TV AZTECA junto con otros
empresarios privados y el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el
Partido Acción Nacional (PAN), acompañados también por la lideresa del
Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), Elba Esther Gordillo.
Toda una coalición conservadora y neoliberal a lo latinoamericano que al
parecer hoy en día se impuso apenas por menos de 5 dígitos.
La posible victoria de Enrique Peña
Nieto ha sido costosa y menos esplendida de lo que ellos mismos esperaban. No
obtienen una mayoría absoluta y por ello van a tener que recurrir al derrotado
PAN para tener una fuerza parlamentaria sólida. Do todo este escenario podemos
inferir cinco datos concretos sobre la elección en México: 1) El PRI no se
lleva el carro completo, de 6 estados en disputa vence en 3 y es derrotado en
3, en uno gana el PAN y en dos gana el PRD. Además pierde por 40% de diferencia
en el GDF por la tanto va tener que buscar aliados en el Congreso; 2) EL PAN
pasa a ser la tercera fuerza política. Un desastre para el panismo; 3) La
izquierda surge como la segunda fuerza a nivel nacional, gana en tres entidades
federativas; 4) Surge la sociedad civil organizada en México cómo un factor de
poder y; 5) Si se confirma la derrota de Andrés Manuel Obrador, el nuevo
líder del Partido de la Revolución Democrática es Marcelo Ebrard.
Finalmente es importante decir lo
siguiente, las empresas encuestadoras jugaron con sus cifras en favor de Peña
Nieto, hay una distancia de más de 6 puntos en los resultados finales y los que
ellos marcaron en los 101 días de campaña política y la diferencia final entre
Peña Nieto y Andrés Manuel López Obrador, qué según mí pronóstico no va ser
mayor a 4 puntos porcentuales, siempre y cuando el porcentaje final de
participación sobre el padrón nominal no supere el 65%. En contra de los 17
puntos que estas encuestadoras dieron en los 101 días de campaña. Siendo las 10
de la noche estos son las reflexiones que pueden hacerse, en mis amigos y
amigas mexicanos que comparten una visión del mundo desde la izquierda hay mucho
desaliento, para ellos un abrazo y mucha fuerza, lucharon digna y heroicamente.
Han crecido y ganado experiencia. Hay que conservar la esperanza que aún queda
mucho camino por recorrer juntos.